Nos gusta comer. Pero ¿comer? o ¿disfrutar? más bien creo que es lo segundo. Decía Plutarco en su obra vidas paralelas, “Los hombres se invitan no para comer y beber, sino para comer y beber juntos”
Por lo tanto, nos gusta reunirnos, pasarlo bien junto a la persona querida, o junto a nuestros amigos o familia y disfrutar del sabor de una buena comida de forma pausada, en “sobremesa”
Pero, las prisas, la falta de tiempo, hacen que no podamos saborear ni tan siquiera un triste espagueti.
La comida rápida (fast food) no exige protocolo, ni tenedores, ni platos, ni siquiera un vaso de cristal y lo que es peor, casi ni masticar ¡todo va directo!…al estomago. Hablamos con el móvil, discutimos, organizamos la agenda, el horario y comida para adentro
¿Ya está? ¡Eso no es comer! Es tragar como los pollos de engorde. Y con perdón.
Y llegan los días de descanso y lo intentamos, ¡vaya que sí! Salimos a comer, a disfrutar, a pasear, a tomar el sol, a charlar, intentamos hacer lo se supone hacemos los humanos, tocar naturaleza, tocar madera, pisar hierba, respirar aire sin prisas.
No hay tanto tráfico y el reloj lo hemos dejado en el plato de la ducha olvidado, la ropa es más relajada tambien.
Y ya en la mesa aún así ¿saboreas lo que comes? ¿Somos conscientes de lo que estamos haciendo con un buen plato de ensalada fresca, rica, sabrosa, de colores? ¿Conscientes del agua fresca y limpia que bebemos?
“Los hombres se invitan no para comer y beber, sino para comer y beber juntos”
Se sabe que cuando comemos, entre bocado y bocado, hay que esperar 30 segundos para que nuestro organismo procese la señal de saciedad y así nos sintamos saciados y comamos lo justo y necesario.
Existe un estudio de la Universidad de Atenas (Grecia) que ha demostrado que comer rápido, en comparación con hacerlo lentamente, reduce la segregación de unas hormonas en el intestino que provocan la sensación de estar «lleno». Este estudio demuestra que si masticas lentamente, comes con pausa, te vas a sentir saciado y pleno, si comes rápido, volverás a tener hambre a los 15 minutos. Comemos tan deprisa, que no damos tiempo a que la señal de saciedad se ponga en marcha, así es que seguimos comiendo.
Comer despacio, slow eating, se puede.
Disfrutar de una buena mesa, se puede.
Ver el alimento que vamos a darle a nuestro “templo” también se puede.
El “comer despacio” slow eating, lo enseñaban nuestras abuelas que no sabían “inglis”; ¡come despacio, que te va a sentar mal! ¡Y siéntate bien en la mesa y estate a lo que estás, a comer! Y así es.
Los resultados de masticar, comer consciente son tan positivos, que incluso te ayudarán a quitar peso y como no, a estar más sano y sana.
RR